sábado, 27 de agosto de 2011

Leyenda


Nací escuchando una leyenda, nose de donde porviene ni quien la inventó, pero dice lo siguiente:
En un lugar remoto del arido desierto, existia una ruta, una ruta de paso utilizada por mercaderes, bandidos, peregrinos, viajantes de todo tipo......Una ruta estropeada llena de destrozos ocasionados por las herraduras de los caballos, las ruedas de los carros, los pasos de los caminantes y también las inclemencias del tiempo.
Una tarde cualquiera bajo el fuerte sol pasaba una pareja, la mujer iba embarazada y el muchacho iba muy atento a ella, los enamorados que viajaban a caballo, decidieron hacer una parada en aquel paraje, los padres de la mujer le contaron que era buena suerte plantar una pequeña semilla en el lugar mas recondito que pudiera pasar, y que de ella brotara algo, le daria un hijo fuerte y sano, y asi lo hicieron, cavaron un pequeño hoyo al borde del camino y metieron aquella semilla que le dio su madre, el muchacho rocio la zona con unas gotas del agua de su cantimplora, rezaron una pequeña oración y se marcharon.
Poco tiempo despues de esa pequeña ilusión, crecio un brote, muy diminuto pero llamativo, el primero que lo vio fue un mercader que pasaba con su carro lleno de suministros para una pequeña tienda que tenia, sus hijas también iban con el y fueron ellas las que vieron el brote y le dijeron a su padre que se detuviera que iban a echarle algo del agua que llevaban en las vasijas, recogidas de un rio lejano con el sudor de su frente y la fuerza de sus brazos.
El segundo que pasó, tiempo mas tarde fue un bandido que huia de la justicia, además de robo tenia en su haber numerosos delitos, hasta llevaba la camisa salpicada de sangre que no era la suya, el indeseable calló por un tropiezo al lado del brote que ya era mas grande y vistoso, no se detubo a mirarlo pero sin querer derramo unas gotas de sudor en la tierra que lo rodeaba.
El tercer caminante de ese sendero fue un peregrino, que iba a una iglesia solo sin ninguna compañía, el silencio era su mejor amigo alli, porque le dejaba escuchar sus pensamientos, mirando al horizonte, vio el brote que ya estaba bien crecido asi que se tubo que detener y echarle como todos algo de agua.
Más tarde pasaria un carro lleno de esclavos, encadenados unos detras de otros, regando el que ya era un pequeño arbol, con el sudor, la sangre y el agua que le daban sus dueños y que se les derramaba del ansia con la que bebian.
Así fueron pasando dia tras dia, cada uno aportando lo que tenia, lo que podia o lo que dejaban sin querer, y así en ese camino crecio un arbol grande y fuerte como decia la historia. El arbol crecio, desde el amor de una pareja se alimento de trabajadores, de buenas personas, tambien de malas personas.... de gente de todo tipo con mil historias que contar, y todas absorbidas por sus raices.
La moraleja es que todos crecemos y somos producto de una serie de personas que nos van marcando en la vida, las buenas personas nos dejan su bondad como ejemplo a seguir, y las malas personas nos hacen fuertes aunque también hacen muescas en nuestro tronco llevandose trozitos de corteza. Ahora bien nosotros decidimos hacia que lado orientarnos al final, porque abra quien venga a cuidarnos, darnos agua, y rezar preciosas oraciones por nosotros. Y hay quien chocara contra nuestro tronco, intentara talarlo, llevarse tus frutos mas preciados, hasta dejarte seco y sin nada.